INVESTIGACION
GUILLERMO CAREY
PRIMERA SECCIÓN
La gran comisión
Una investigación sobre si la Comisión dada por nuestro
Señor a sus discípulos está dirigida también a nosotros, o no.
Nuestro Señor Jesucristo comisionó ir y enseñar «a
todas las naciones» Esta Comisión fue tan extensa como era posible, y el poder
de Dios obró evidentemente con ellos pero la obra no se ha hecho o proseguido
en los últimos años con el celo y la perseverancia de los primeros
cristianos.Es así que las multitudes se sientan a descansar, y no se interesan
por las lejanas mayorías. Pongo las siguientes observaciones a la consideración
de estas personas:
- si el mandato de Cristo de enseñar a todas las naciones estaba restringido a los apóstoles, o a los que estaban bajo la inmediata inspiración del Espíritu Santo, igualmente debiera ocurrir con el mandato de bautizar
- si el mandamiento de Cristo de enseñar a todas las naciones estaba confinado a los apóstoles, entonces todos aquellos ministros anónimos que se han esforzado por llevar el evangelio a los paganos, habrían actuado sin autorización. Dios ha prometido las cosas más gloriosas al mundo pagano al enviarle el evangelio.
- si el mandato de Cristo de enseñar a todas las naciones se extendía solo a los apóstoles, luego, sin duda, la promesa de la presencia divina en este mundo debería estar igualmente limitada.
No podemos decir que esté abolida la Gran Comision ¡Al contrario!
¡La mayor parte del mundo, todavía está cubierta por la oscuridad del
paganismo! De modo que la piedad, el humanitarismo, y mucho más, el
cristianismo, clama en alta voz por cualquier esfuerzo posible para introducir
el evangelio entre ellos.
SEGUNDA SECCIÓN
Las misiones anteriores
Que contiene un breve resumen de esfuerzos anteriores
a favor de la conversión de los paganos.
Antes de la venida de nuestro Señor Jesucristo el
mundo se dividía entre judíos y paganos. Después de la resurrección habían
estado diariamente aplicados a las oraciones y súplicas, y elegido a Matías. En
ese día solemne les fue conferida una capacidad de hablar en todos los idiomas
extranjeros. Esta oportunidad fue aprovechada por Pedro para predicar el
evangelio a una gran congregación de judíos y prosélitos y a este primer
esfuerzo Dios respondió tan poderosamente que tres mil personas se convirtieron,
e inmediatamente después fueron bautizadas y se añadieron a la iglesia.
Aun otra circunstancia sirvió también para la
propagación posterior del cristianismo. Pero ahora Dios por una visión reveló a
Pedro que el cristianismo debía ser sembrado en todas las naciones. De
conformidad con la visión, él fue y predicó en la casa de Cornelio, donde
muchos se convirtieron y bautizaron.
En los Hechos de los Apóstoles tenemos un relato de
cuatro de los principales viajes que realizaron Pablo y sus compañeros. Hasta
aquí la historia de los Hechos de los Apóstoles nos informa del éxito de la Palabra en los tiempos
primitivos, y las historia nos dice que fue predicada por este tiempo en muchos
otros lugares.
TERCERA SECCIÓN
Una investigación mundial
Que contiene una perspectiva del estado actual del
mundo
Consideraré
al mundo dividido, como se hace usualmente, en cuatro partes: Europa, Asia,
África y América, e informaré acerca de la extensión de varios países, su
población, civilización y religión. Dividiré el artículo de religión entre
cristianos, judíos, mahometanos y paganos.
Sin
lugar a dudas debe golpear a cualquier mente pensante el que una vasta
proporción de los hijos de Adán permanece en el más deplorable estado de
oscuridad pagana, sin ningún medio para conocer al Dios verdadero, excepto los
que les son proporcionados por las obras de la Naturaleza ; y
totalmente destituidos del conocimiento del evangelio de Cristo, o de otros
medios de alcanzarlo. En muchos de estos países no tienen lenguaje escrito, y en consecuencia tampoco tienen Biblias, y sólo se guían por las más infantiles
costumbres y tradiciones.
También se ofrecen sacrificios humanos con mucha
frecuencia, de modo que casi no pasa una semana sin que tenga lugar alguna de
estas ceremonias. Son en general paganos pobres, bárbaros, desnudos, y tan
destituidos de la civilización como lo están de la religión verdadera. El
aspecto de la mayoría de los países cristianos presenta un triste escenario de
ignorancia, hipocresía y libertinaje. Todas estas cosas son fuertes llamados a
los cristianos, y especialmente a los ministros, para dedicarse al máximo en
sus distintas esferas de acción, y procurar extenderlas lo más posible.
SECCIÓN CUARTA
¿Podrá lograrse?
La posibilidad de hacer algo más de lo que ya se está
haciendo por la conversión de los paganos.
Los impedimentos de llevar el evangelio entre los
paganos deben surgir de las siguientes causas: su distancia de nosotros, su bárbara y salvaje manera de vivir, el
peligro de ser asesinado por ellos, la dificultad de procurarse lo necesario
para subsistir, o lo ininteligible de sus idiomas.
Los misioneros deben ser
hombres de mucha piedad, prudencia, valentía, y tolerancia, de indudable
ortodoxia en sus sentimientos, y deben entrar de todo corazón en el espíritu de
su misión. Deben estar dispuestos a dejar atrás todas las comodidades, y a
enfrentar toda la dureza de un clima tórrido o gélido, un modo de vida sin
confort, y cualquier otro inconveniente que pueda surgir en su emprendimiento.
Esforzarse por todos los medios lícitos en cultivar
una amistad con ellos. Deben esforzarse por convencerlos de que fue sólo el
bien de ellos lo que los indujo a dejar atrás a sus amigos y a todas las
comodidades de su país natal. Deben ser muy cuidadosos en no ofenderse por las
injurias que puedan recibir y por esa razón dar lugar a un resentimiento o un
rechazo del evangelio. Deben aprovechar cualquier oportunidad para hacerles
bien. Dejemos que sólo los misioneros así
descriptos se involucren en la tarea, y veremos que no es imposible.
Igualmente sería importante para ellos, si Dios
bendice su trabajo, que estimularan la manifestación de dones entre el pueblo
que está a su cargo. Si esto fuera así, muchas ventajas derivarían de su
conocimiento del idioma y de las costumbres de sus paisanos, y su cambio de
conducta daría un gran respaldo a sus ministerios.
QUINTA SECCIÓN
Nuestro deber
Una investigación sobre las obligaciones de los
cristianos en general, y qué medios deben usarse para promover este trabajo
Todos los cristianos deben cooperar de todo corazón
con Dios en promover sus gloriosos designios, porque «el que se une al Señor,
un espíritu es con él» (1 Co 6:17).
Una
de las primeras y más importantes de estas obligaciones que nos incumbe es la oración
ferviente y unida las pruebas demostrarán que todos los medios que podamos usar
serán ineficaces sin ella.
Las más
gloriosas obras de gracia que jamás hayan tenido lugar, han venido como
respuesta a la oración, y es en este sentido que tenemos la mayor razón
para suponer que el glorioso derramamiento del Espíritu, que esperamos al
final, será concedido.
Con
respecto a nuestras propias conexiones inmediatas, hemos sido favorecidos
dentro de estos pocos años con algunas señales para bien, concedidas como respuesta
a la oración, que nos alientan a persistir y crecer en este importante deber.
Por
lo general, las iglesias que se han involucrado en esta práctica, han crecido
evidentemente desde entonces; algunas controversias que por mucho tiempo habían
confundido y dividido a las iglesias han sido expuestas con más claridad que
nunca; hay llamados para predicar el evangelio en muchos lugares donde no había
sido proclamado antes.
Si el cuerpo
completo estuviese animado por una sola alma, ¡con qué placer los cristianos
cumplirían todas las obligaciones de su religión, y con qué deleite los
ministros cumplirían todas las ocupaciones de su ministerio!
Pero
no debemos contentarnos con orar sin ejercitarnos nosotros mismos en el uso de
los medios para obtener las cosas por las cuales oramos. Deseo con todo mi
corazón que cada uno que ame a nuestro Señor Jesucristo con sinceridad pudiese
de un modo u otro involucrarse en ella.
Sólo tenemos que mantener la meta en la mira, y tener
nuestros corazones fervientemente comprometidos en seguirla, y obtener los
medios no será muy difícil.
Se nos exhorta a no hacer «tesoros en la tierra, donde
la polilla y el moho destruyen, y donde ladrones entran y hurtan» (Mt 6:19).
También se declara que «todo lo que el hombre siembre,
eso también segará» (Gl 6:7).
Estas Escrituras nos enseñan que las alegrías
de la vida futura guardan una estrecha relación con la presente, una relación
similar a la que existe entre la cosecha y la siembra. Es verdad que cualquier
recompensa es de pura gracia, pero no obstante es alentadora.
¡Qué tesoro, qué recompensa deben
esperar personas como Pablo, como Elliot, como Brainerd y otros, que se han
dado completamente a sí mismos a la obra del Señor! ¡Qué cielo será el ver las
muchas miríadas de pobres paganos, de bretones en medio de ellos, quienes por
el trabajo de aquellos han sido traídos al conocimiento de Dios! Seguramente vale la pena aspirar a una «corona de
gloria» (1 Ts 2:19) como esta. ¡Seguramente
vale la pena entregarnos con todas nuestras fuerzas a promover la causa y el
reino de Cristo!