GANAMOS, GANAMOS,
GANAMOS
¿Cuáles son las únicas tres cosas que pueden pasar cuando
compartimos nuestra fe?
1.
La persona puede recibir a Cristo
2.
Puede rechazar a Jesucristo
3.
Podemos sembrar una semilla
Después de hablar de cada una de las posibilidades, se me
ocurre una gráfica similar a esta:
ACEPTACIÓN
|
SEMILLA PLANTADA
|
RECHAZO
|
BUENO
GANAMOS
|
BUENO
GANAMOS
|
MALO
PERDIMOS
|
Determinemos que aceptar a Jesús es una buena situación,
plantar la semilla es una buena situación y rechazar el evangelio es una mala
situación.
Otra forma de verlo es que aceptar a Cristo es una situación
en la que ganamos, plantar la semilla es otra situación en que ganamos y el
rechazo es la situación en que perdemos.
Concluimos entonces, que el sesenta y seis por ciento de las
veces que compartimos nuestra fe es una situación de ganancia. ¿Son buenas
probabilidades? Dos-tercios de las veces que compartimos nuestra fe, literalmente, ¡no
perdemos!
El mayor temor que la gente dice tener acerca de predicar el evangelio
es el temor a ser rechazado.
Nunca imaginé que estos versículos cambiarían el resto de mi
vida. Estaba sentado en el muelle junto al lago cuando Dios habló a mi corazón
en una forma que nunca antes lo había hecho. Leía 1 Pedro 4:14, que dice:
“Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados,
porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de
parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado”.
Piénsalo por un momento. Si en
algún momento nos rechazan en el nombre de Jesús, seremos bendecidos y la
gloria de Dios descansará sobre nosotros. Si pudieras tener la gloria de Dios
resplandeciendo sobre ti y reflejarla a otros, ¿no te gustaría hacerlo? ¡Todos
querríamos que eso fuera posible! Una de las formas en que eso puede suceder es
cuando nos rechazan en el nombre de Jesús.
Dios no había terminado de hablarme todavía. Lucas 6:22-23
dice:
“Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os
aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa
del Hijo del Hombre. Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro
galardón es grande en los cielos, porque
así hacían sus padres con los profetas”.
¿Te das cuenta que cuando te rechazan, Dios tiene
recompensas aguardándote en el cielo que van a hacer que cualquier recompensa
que puedas recibir en la tierra parezca poca cosa? Eso es verdaderamente
asombroso.
Unos jóvenes universitarios, decidieron salir a evangelizar.
Después de no obtener respuesta en ocho casas, se empezaron a desanimar y
consideraron abandonar e intentarlo otro día, pero recordaron cuál era su
recompensa en el cielo y siguieron. A la puerta de la novena casa se
encontraron con un hombre sentado en su silla mecedora con una cerveza en la
mano. Cuando empezaron a conversar con él, rápidamente les explicó que estaban
desperdiciando su tiempo. Ante la pregunta de por qué hablaba de esa forma, él
respondió: “Porque no hay forma de que Dios pueda perdonarme todos mis
pecados”.
Les explicó que mientras estaba en Vietnam su misión era
entrar a pueblos y aldeas de forma repentina y matar indiscriminadamente a
mujeres y niños.
Los jóvenes comenzaron a mostrarle el amor de Dios. Le
hablaron del pecado y de la sangre purificadora de Jesús. Cuarenta y cinco
minutos más tarde el hombre dijo: “Realmente necesito a este Jesús del que
están hablando”.
Después de la oración el hombre les dijo: “!Tengo ganas de
leer mi Biblia! ¡Me siento como que quiero ir a la Iglesia! Es lo que quiero
hacer”.
¡Qué maravillosa historia! Pero ¿Qué habría pasado si estos
jóvenes hubieran abandonado la misión como pensaban hacerlo minutos antes? ¿Qué
habría pasado si les hubiera importado más el rechazo que experimentaron que
las recompensas del cielo?
Había dicho algo que no era cierto. Había dicho que tenemos
una probabilidad de ganar dl sesenta y seis por ciento cuando compartimos
nuestra fe. Ahora conocemos estos versículos y veamos cómo cambia nuestra
gráfica:
ACEPTACIÓN
|
SEMILLA PLANTADA
|
RECHAZO
|
BUENO
GANAMOS
|
BUENO
GANAMOS
|
BUENO
GANAMOS
|
En la Palabra de Dios aprendimos que cada vez que
compartimos nuestra fe estamos en una situación en la que ganamos. No tengo que
preocuparme porque el diablo me quiera convencer de no testificar porque la
Palabra de Dios dice que no puedo perder haciéndolo. ¡Ganamos cada vez que lo
hacemos!
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