APOLOGETICA
NORMAN GEISLER
PREGUNTAS ACERCA DE DIOS
¿EXISTE DIOS? ARGUMENTOS A FAVOR DE LA EXISTENCIA DE DIOS
Tradicionalmente se usan cuatro argumentos básicos para probar la existencia
de Dios: cosmológico, teleológico, axiológico y ontológico; vocablos técnicos que definimos así: argumento
a partir de la creación (cosmos
significa creación); argumento a partir del diseño o propósito
(telos significa propósito); argumento a partir
de la ley moral (axios significa juicio); y, el argumento a partir
del ser (ontos significa
ser).
EL ARGUMENTO A PARTIR
DE LA CREACIÓN
La idea
básica de este argumento
es que, así como hay un
universo, este debió ser causado
por algo más allá de él mismo. Esto se basa en la ley de la causalidad, la cual dice que todo objeto
finito es causado por otro diferente a él. Este argumento
asume dos formas
distintas. La primera indica
que el universo necesita una causa inicial; la segunda, que necesita
otra causa actual para continuar existiendo.
EL UNIVERSO FUE CAUSADO EN EL PRINCIPIO
Este argumento afirma que el universo
es limitado porque tuvo un principio, y que tal principio
fue originado por algo más allá del universo
mismo. Esto puede formularse de la siguiente manera:
1. El universo tuvo un comienzo.
2. Lo que tiene un comienzo debe haber sido causado por otra cosa.
3. Por lo tanto, el universo fue causado por otra cosa, y esa causa fue Dios.
Más allá de la evidencia científica que demuestra que el universo empezó, hay una razón filosófica para creer que el mundo tuvo un punto de partida.
Este argumento muestra que el tiempo no puede regresar
a la eternidad
pasada. Se ve que es imposible pasar por una serie infinita
de momentos.
Uno puede imaginarse que pasa por un número infinito de puntos sucesivos en el vacío, moviendo el dedo de un punto a otro, pero el tiempo no tiene dimensiones ni es imaginario. Es real, y cada momento que pasa consume tiempo que no podemos recuperar; es más que pasar el dedo a través de un número interminable de libros
en una biblioteca. Uno nunca
llega al último
libro. Aunque piense que lo ha hecho, siempre puede agregarse uno más, otro y otro... Uno nunca puede terminar una serie infinita de objetos materiales.
Si el pasado es infinito (lo cual es otra manera
de decir: “Si
el universo siempre hubiera existido sin un comienzo”), nunca
habríamos
podido pasar por el tiempo para llegar a hoy. Si el pasado es una serie
infinita de momentos
y justo ahora es donde termina,
habríamos pasado
por una serie infinita, y eso es imposible. Si el mundo nunca
hubiera tenido
un principio, no habríamos podido llegar
a hoy. Pero llegamos
a hoy; de modo que el tiempo
debe haber empezado en algún punto particular
del pasado y hoy ha llegado
a un tiempo definido desde
entonces. Por lo tanto, el mundo es un hecho finito, después
de todo, y necesita
una causa para su comienzo.
EL UNIVERSO NECESITA UNA CAUSA PARA SU EXISTENCIA
CONTINUA
Algo nos mantiene existiendo
precisamente ahora, en este momento,
para que no desaparezcamos sin más ni más. Algo ha causado
no solo que el mundo sea (Génesis 1.1) sino que también
continúe y conserve su existir en el presente (Colosenses 1.17). El mundo necesita tanto una causa
originadora como una
causa conservadora. En cierto sentido, es la pregunta más elemental que podemos
hacer: “¿Por qué hay algo en vez de nada?” Eso puede plantearse de la siguiente manera:
1. Las cosas finitas,
cambiantes, existen. Por ejemplo, yo.
Debo
existir para negar que existo; de modo que, de una u otra manera, debo existir realmente.
2. Cada cosa finita, cambiante, debe ser causada por otra cosa. Si es limitada
y cambia, no puede existir
independientemente.
Si existiera independiente o
necesariamente, debe-
ría haber existido siempre sin ninguna clase de cambio.
1.
No puede haber un regreso infinito
de estas causas. Es
decir, uno no puede seguir explicando cómo esta cosa finita
causa esta otra, la que a su vez causa otra cosa finita,
y continuar con lo mismo. En realidad, eso es posponer indefinidamente
la explicación. Eso no explica nada. Además, si hablamos
de por qué existen cosas finitas en el presente, no importa
cuántas causas finitas pueda uno alinear como explicación puesto que, a su debido momento, habrá una causa
que origine su propia existencia, lo que es simultáneamente
efecto de esa causa. Eso carece de sentido. Por lo tanto,
ningún regreso infinito puede explicar
por qué existo hoy.
2.
En consecuencia, debe haber
una primera
causa incausada
de toda cosa finita cambiante
que existe. Este argumento muestra
por
qué debe haber una causa
conservadora, presente,
del mundo pero no nos dice mucho sobre qué clase de Dios existe. ¿Cómo sabemos que
esta causa es realmente
el Dios de la Biblia?
ARGUMENTO A PARTIR
DEL PROPÓSITO (DISEÑO)
Este argumento,
razona a partir de un aspecto específico de la creación, para ir luego al Creador que lo puso
ahí. Argumenta a partir
del diseño al Diseñador inteligente.
1. Todo diseño
implica un diseñador.
2. Hay un gran diseño en el universo.
3. Por lo tanto, debe haber un Gran Diseñador
del universo.
Además, mientras mayor el diseño, mayor su diseñador. Los castores construyen represas con troncos pero nunca han hecho una como la de Hoover, en Colorado, E.U.A. De igual manera, si sentamos mil simios ante una máquina de escribir nunca escribirán
un Hamlet. No obstante,
Shakespeare lo hizo en el primer intento. Mientras más complejo el diseño, mayor
la inteligencia requerida para producirlo.
Algunos objetan este argumento basándose en el azar. Dicen que
cuando se lanzan los dados, puede darse cualquier combinación. Sin embargo,
esto no es muy convincente por varias razones.
1.
Primero, el argumento
del diseño no es en verdad un argumento a partir del azar sino, precisamente, del diseño mismo, que sabemos
tiene una causa inteligente por nuestras repetidas observaciones.
2.
Segundo, la ciencia se basa en la observación repetida, no en el azar; por lo cual esta objeción
planteada al argumento del diseño o propósito no es científica.
3.
Finalmente, aunque
hubiera un argumento aleatorio
(probabilístico), las posibilidades
indican que es mucho
más probable que haya un diseñador. Un científico calculó la probabilidad de que una sola célula
animal surgiera por
pura casualidad en 1 en 1040000. Las probabilidades de que un ser humano, infinitamente más complejo
que una célula, surja al azar son demasiado bajas para calcularlas. La única conclusión razonable es que
hay un Gran Diseñador
tras el diseño del mundo.
EL ARGUMENTO A PARTIR
DE LA LEY MORAL
Pueden plantearse argumentos similares basados en el orden
moral del universo, más que en su orden físico. Estos postulan que la
causa del universo
debe ser moral, además de poderosa e inteligente.
1. Todos los hombres son conscientes de una ley moral objetiva.
2. Las leyes
morales suponen un Legislador de ellas.
3. Por lo tanto, debe haber un supremo Legislador moral de la ley.
Este argumento sigue también el principio de la causalidad en un sentido,
pero las leyes morales son diferentes a las naturales
que ya examinamos. Las leyes morales no describen lo que es, prescriben lo que debe ser. No son sencillamente una descripción de la manera
en que se comportan los hombres, ni se conocen observando lo que ellos
hacen. Si lo fueran, nuestro concepto de moralidad
sería, por cierto, diferente. Las leyes morales nos dicen, en cambio,
lo que los hombres deben hacer, háganlo
o no. Así que, todo «deber»
moral procede de más allá del universo natural. No se puede
explicar con nada de lo que sucede en
el
universo, ni se puede
reducir a lo que hacen los hombres en el universo. Trasciende el orden natural
y requiere una
causa trascendente.
Algunos alegarán que esta ley moral no es realmente objetiva;
que es solo un juicio subjetivo que procede de los postulados sociales. No obstante, este punto de vista no considera el hecho de que
todos
los hombres reconozcan las mismas cosas malas (como el asesinato, la violación, el robo, la mentira). Además, la crítica que este criterio
plantea se parece
mucho a un juicio subjetivo porque dice que nuestros juicios de valor son erróneos. Ahora bien, si no hubiera
una ley moral objetiva, entonces no podría haber juicios de valor
correcto ni erróneo. Si nuestras
perspectivas acerca de la moralidad
son subjetivas, entonces las de ellos también
lo son.
ARGUMENTO A PARTIR
DEL SER
1. Toda la perfección
que se pueda atribuir al ser más perfecto posible
(concebible) debe atribuírsele a Él (de otro modo, no
sería el ser “más perfecto posible”).
2. La existencia necesaria es una perfección atribuible al Ser más perfecto.
3. Así que, debe atribuirse la existencia
necesaria
al Ser más
perfecto.
Este argumento logra demostrar que nuestra idea de Dios debe
incluir la existencia necesaria, pero no comprueba
que Dios exista
de modo real. Demuestra que debemos pensar en Dios como existente necesariamente; pero no prueba
que exista necesariamente. Este es un error
que ha confundido a mucha
gente, por el que uno no debe sentirse mal. El problema es que solo habla de la manera
en que pensamos acerca de Dios, y no existe o no, en realidad. Debería reformularse de esta manera:
1.
Si Dios existe, lo concebimos como un Ser necesario.
2.
Por definición, un ser necesario debe existir sin poder no existir.
3.
Por lo tanto, si Dios existe, debe existir sin poder no existir.
Es como decir: Si hay triángulos, deben tener tres lados. Por supuesto,
puede que no haya triángulos. El argumento jamás supera ese «si» inicial. Nunca llega a probar
la gran cuestión que afirma
responder. La única manera
de hacer que ese argumento pruebe
que Dios existe es introducir subrepticiamente el argumento a partir de la creación, lo cual puede ser útil porque demuestra que si hay Dios,
existe en forma necesaria. Eso hace diferente esta noción de
Dios en cuanto
a otras maneras
de concebirlo.
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