jueves, 4 de octubre de 2012

APOLOGTICA, Norman Geisler

APOLOGETICA
NORMAN GEISLER


PREGUNTAS ACERCA DE DIOS

¿EXISTE DIOS? ARGUMENTOS  A FAVOR DE LA EXISTENCIA DE DIOS
Tradicionalmente se usan cuatro argumentos básicos para probar la existencia de Dios: cosmológico, teleológico, axiológico y ontológico; vocablos técnicos que definimos así: argumento a partir de la creación (cosmos significa creación); argumento a partir del diseño o propósito (telos significa propósito); argumento a partir de la ley moral (axios significa juicio); y, el argumento a partir del ser (ontos significa ser).

EL ARGUMENTO A PARTIR DE LA CREACIÓN
La idea básica de este argumento es que, así como hay un universo, este debió ser causado por algo s allá de él mismo. Esto se basa en la ley de la causalidad, la cual dice que todo objeto finito es causado por otro diferente a él. Este argumento asume dos formas distintas. La primera indica que el universo necesita una causa inicial; la segunda, que necesita otra causa actual para continuar existiendo.

EL UNIVERSO FUE CAUSADO EN EL PRINCIPIO
Este argumento afirma que el universo  es limitado  porque tuvo un principio, y que tal principio fue originado por algo s allá del universo mismo. Esto puede formularse de la siguiente manera:

1 El universo tuvo un comienzo.
2 Lo que tiene un comienzo debe haber sido causado por otra cosa.
3 Por lo tanto, el universo fue causado por otra cosa, y esa causa fue Dios.

s allá de la evidencia científica que demuestra que el universo empezó, hay una razón filosófica para creer que el mundo tuvo un punto de partida. Este argumento muestra que el tiempo no puede regresar a la eternidad pasada. Se ve que es imposible pasar por una serie infinita de momentos.

Uno puede imaginarse que pasa por un número infinito de puntos sucesivos en el vacío, moviendo el dedo de un punto a otro, pero el tiempo no tiene dimensiones ni es imaginario. Es real, y cada momento que pasa consume tiempo que no podemos recuperar; es s que pasar el dedo a través de un número interminable de libros en una biblioteca. Uno nunca llega al último libro. Aunque piense que lo ha hecho, siempre puede agregarse uno más, otro y otro... Uno nunca puede terminar una serie infinita de objetos materiales.

Si el pasado es infinito (lo cual es otra manera de decir: “Si el universo siempre hubiera existido sin un comienzo”), nunca  habríamos podido pasar por el tiempo para llegar a hoy. Si el pasado es una serie infinita de momentos y justo ahora es donde termina, habríamos pasado por una serie infinita, y eso es imposible. Si el mundo nunca hubiera tenido un principio, no habríamos podido  llegar a hoy. Pero llegamos a hoy; de modo que el tiempo debe haber empezado en algún punto particular del pasado y hoy ha llegado a un tiempo  definido desde entonces. Por lo tanto, el mundo es un hecho finito, después de todo, y necesita una causa para su comienzo.

EL UNIVERSO NECESITA UNA CAUSA PARA SU EXISTENCIA CONTINUA
Algo nos mantiene existiendo precisamente ahora, en este momento, para que no desaparezcamos sin s ni más. Algo ha causado no solo que el mundo sea (Génesis 1.1) sino que también continúe y conserve su existir en el presente (Colosenses 1.17). El mundo necesita tanto una causa originadora como una causa conservadora. En cierto sentido, es la pregunta s elemental que podemos hacer: “¿Por qué hay algo en vez de nada? Eso puede plantearse de la siguiente manera:

1 Las cosas finitas, cambiantes, existen. Por ejemplo, yo. Debo existir para negar que existo; de modo que, de una u otra manera, debo existir realmente.

2 Cada cosa finita, cambiante, debe ser causada por otra cosa. Si es limitada y cambia, no puede existir independientemente. Si existiera independiente o necesariamente, debe- a haber existido siempre sin ninguna clase de cambio.

1.    No puede haber un regreso infinito de estas causas. Es decir, uno no puede seguir explicando cómo esta cosa finita causa esta otra, la que a su vez causa otra cosa finita, y continuar con lo mismo. En realidad, eso es posponer indefinidamente la explicación. Eso no explica nada. Además, si hablamos de por qué existen cosas finitas en el presente, no importa cuántas causas finitas pueda uno alinear como explicación puesto que, a su debido momento, habrá una causa que origine su propia existencia, lo que es simultáneamente efecto de esa causa. Eso carece de sentido. Por lo tanto, ningún  regreso infinito puede explicar por qué existo hoy.

2.    En consecuencia, debe haber  una  primera  causa incausada  de toda cosa finita cambiante que existe. Este argumento muestra por qué debe haber una causa conservadora, presente, del mundo pero no nos dice mucho sobre qué clase de Dios existe. ¿Cómo sabemos que esta causa es realmente el Dios de la Biblia?

ARGUMENTO A PARTIR DEL PROPÓSITO (DISEÑO)
Este argumento, razona a partir de un aspecto específico de la creación, para ir luego al Creador que lo puso ahí. Argumenta a partir del diseño al Diseñador inteligente.

1 Todo diseño implica un diseñador.
2 Hay un gran diseño en el universo.
3.       Por lo tanto, debe haber un Gran Diseñador del universo.

Además, mientras mayor el diseño, mayor su diseñador. Los castores construyen represas con troncos pero nunca han hecho una como la de Hoover, en Colorado, E.U.A. De igual manera, si sentamos mil simios ante una máquina de escribir nunca escribirán un Hamlet. No obstante, Shakespeare lo hizo en el primer intento. Mientras más complejo el diseño, mayor la inteligencia requerida para producirlo.

Algunos objetan este argumento basándose en el azar. Dicen que cuando se lanzan los dados, puede darse cualquier combinación. Sin embargo, esto no es muy convincente por varias razones.

1.    Primero, el argumento del diseño no es en verdad un argumento a partir del azar sino, precisamente, del diseño mismo, que sabemos tiene una causa inteligente por nuestras repetidas observaciones.
2.     Segundo, la ciencia se basa en la observación repetida, no en el azar; por lo cual esta objeción planteada al argumento del diseño o propósito no es científica.

3.    Finalmente, aunque hubiera un argumento aleatorio (probabilístico), las posibilidades indican que es mucho s probable que haya un diseñador. Un científico calculó la probabilidad de que una sola célula animal surgiera por pura casualidad en 1 en 1040000. Las probabilidades de que un ser humano, infinitamente s complejo que una célula, surja al azar son demasiado bajas para calcularlas. La única conclusión razonable es que hay un Gran Diseñador  tras el diseño del mundo.

EL ARGUMENTO A PARTIR DE LA LEY MORAL
Pueden plantearse argumentos similares basados en el orden moral del universo, s que en su orden físico. Estos postulan que la causa del universo  debe ser moral, además de poderosa e inteligente.

1.    Todos los hombres son conscientes de una ley moral objetiva.
2.    Las leyes morales suponen un Legislador de ellas.
3.    Por lo tanto, debe haber un supremo Legislador moral de la ley.

Este argumento sigue también el principio de la causalidad en un sentido, pero las leyes morales son diferentes a las naturales que ya examinamos. Las leyes morales no describen lo que es, prescriben lo que debe ser. No son sencillamente una descripción de la manera en que se comportan los hombres, ni se conocen observando lo que ellos hacen. Si lo fueran, nuestro concepto de moralidad sería, por cierto, diferente. Las leyes morales nos dicen, en cambio, lo que los hombres deben hacer, háganlo o no. Así que, todo «deber» moral procede de más allá del universo natural. No se puede explicar con nada de lo que sucede en el universo, ni se puede reducir a lo que hacen los hombres en el universo. Trasciende el orden natural y requiere una causa trascendente.

Algunos alegarán que esta ley moral no es realmente objetiva; que es solo un juicio subjetivo que procede de los postulados sociales. No obstante, este punto de vista no considera el hecho de que todos los hombres reconozcan las mismas cosas malas (como el asesinato, la violación, el robo, la mentira). Además, la crítica que este criterio plantea se parece mucho a un juicio subjetivo porque dice que nuestros juicios de valor son erróneos. Ahora bien, si no hubiera una ley moral objetiva, entonces no podría haber juicios de valor correcto ni erróneo. Si nuestras perspectivas acerca de la moralidad son subjetivas, entonces  las de ellos también lo son.

ARGUMENTO A PARTIR DEL SER
1 Toda la perfección que se pueda atribuir al ser s perfecto posible (concebible) debe atribuírsele a Él (de otro modo, no sería el ser “más perfecto posible”).
2 La existencia necesaria es una perfección atribuible al Ser más perfecto.
3 Así que, debe atribuirse la existencia  necesaria al Ser más perfecto.

Este argumento logra demostrar que nuestra idea de Dios debe incluir  la existencia  necesaria, pero no comprueba que Dios exista de modo real. Demuestra que debemos pensar en Dios como existente necesariamente; pero no prueba que exista necesariamente. Este es un error que ha confundido a mucha gente, por el que uno no debe sentirse mal. El problema es que solo habla de la manera en que pensamos acerca de Dios, y no existe o no, en realidad. Debería reformularse de esta manera:

1.            Si Dios existe, lo concebimos como un Ser necesario.
2.            Por definición, un ser necesario debe existir sin poder no existir.
3.               Por lo tanto, si Dios existe, debe existir sin poder no existir.


Es como decir: Si hay triángulos, deben tener tres lados. Por supuesto, puede que no haya triángulos. El argumento jamás supera ese «si» inicial. Nunca llega a probar la gran cuestión que afirma responder. La única manera de hacer que ese argumento pruebe que Dios existe es introducir subrepticiamente el argumento a partir de la creación, lo cual puede ser útil porque demuestra que si hay Dios, existe en forma necesaria. Eso hace diferente esta noción de Dios en cuanto a otras maneras de concebirlo.

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