EL GRAN DIVORCIO
C.S. LEWIS
"No, no hay salida. No hay cielo que contenga un poco de infierno. No hay plan que mantenga esto o aquello del demonio
en nuestros corazones o en nuestros bolsillos. Nuestro Satán debe marcharse,
completamente."
GEORGE MACDONALD
El bien, en tanto madura, continuamente
se diferencia no sólo del mal sino de otros bienes. No creo que perezca todo el
que escoge los caminos equivocados; pero su rescate consiste en hacerlo
retornar al camino correcto.
El mal se puede deshacer; pero no
puede "desarrollarse y convertirse" en bien. Si insistimos en
conservar el infierno (e incluso la tierra), no veremos el cielo; si aceptamos
el cielo, no podremos conservar ni el menor ni el más íntimo recuerdo
del infierno.
C.S.LEWIS
I
El
narrador describe el pueblo de Infierno, oscuro, desolado y siempre en lluvia.
Él vaga a través de las calles y descubre una parada de autobús llena de personas.
Las personas en la espera se encuentran disgustadas, discutiendo y peleando. El
autobús llega conducido por un hombre iluminado y éste se eleva hasta los
cielos. Las figuras famosas e históricas que viven en Infierno nunca se reúnen
debido a que los límites del pueblo se expanden a medida que sus habitantes, en
continua pelea, desean vivir más alejados el uno del otro.
II - V
Todos se
bajan en el Cielo, el cual es un Paraíso, lleno de árboles y ríos. Los
pasajeros se encuentran paralizados por tal lugar sublime y sobrenatural. De
aquí en adelante son referidos como "Fantasmas", debido a que sus
cuerpos se han vuelto sólo sombras. Inmediatamente los residentes del Cielo
aparecen. Son sólidos y sustanciales, llamados "Espíritus". Los
Espíritus tratan de persuadir a los Fantasmas para que se queden en el Cielo.
El narrador espía las conversaciones que se llevan a cabo entre cada pareja.
VI - VII
En la
primera conversación, un Espíritu confiesa haber sido asesino arrepentido a
quien Dios perdono y el Fantasma se pregunta cómo fue condenado al Infierno,
mientras que su igual - un asesino - fue salvado. En la segunda conversación,
un Espíritu y un "Fantasma Episcopal", un alma perdida que
apoya a los ateístas, los teístas liberales y otros escépticos. Este fantasma
no reconoce la realidad del Cielo o el Infierno, aun experimentado ambas. Él aduce
que tales lugares existen sólo en el mundo filosófico. Él y el Espíritu debaten
sobre si los escépticos son honestos o rebeldes que prefieren que la
Cristiandad sea falsa para poder vivir una vida sin regulaciones.
IX - X
Un
Fantasma expresa reclamos extraños sobre de que la otra vida es una
conspiración convencido de que los Fantasmas están el Cielo para que Dios los
atormente. Otro Fantasma ‘Endurecido’, pregunta por qué los Espíritus sencillamente
no destruyen el Infierno y rescatan a los Fantasmas, pregunta que queda
sin respuesta. El narrador se reúne con un predicador llamado George MacDonald
que no es un Espíritu, sino un guía al Cielo y él explica que Cielo
como Infierno son elegidos por sus habitantes.
XI - XII
Un
Fantasma demanda ver a su hijo, diciendo que ningún Dios honestamente
benevolente rechazaría su petición. Luego se encuentra con un Fantasma lleno de
lujuria, representado por un lagarto en su hombro, constantemente susurrándole
al oído. Le pide a un ángel que asesine al lagarto, y entonces se convierte en
un Espíritu. A esto le sigue una reflexión sobre las realidades del Cielo y el
Infierno y del espíritu humano, el cual anhela la realidad (Cielo) pero el débil a la
tentación. El
libro termina con el narrador de despertar, como una especie de imitación de La
Peregrina, cuya última frase de la primera parte es "Entonces me desperté, y que era
un sueño."
No hay comentarios:
Publicar un comentario