viernes, 7 de noviembre de 2014

ENCUENTRA AL JESÚS VERDADERO - Lee Strobel


UN EXAMEN A LOS CUATRO EVANGELIOS DE LA BIBLIA

Mateo, Marcos, Lucas y Juan ¿Salen airosos estos Evangelios cuando se los sujeta a un escrutinio histórico?
Los mejores criterios para evaluar su confiabilidad son:

1.    MULTIPLICIDAD DE TESTIGOS
Cuando dos o tres de los Evangelios dicen lo mismo independientemente (como suelen hacerlo) eso entonces traslada todo el peso de realizar las comprobaciones a los que señalan que todo ha sido inventado

2.    EL CRITERIO DE LA COHERENCIA
¿Son coherentes los evangelios con todo lo que conocemos acerca de la historia y de la cultura de Palestina durante los años 20 y 30 d.C? En verdad podemos decir que están llenos de detalles que se pueden considerar correctos, gracias a ciertos descubrimientos arqueológicos.

3.    LA CUESTIÓN DE LA FECHA
Los sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) fueron escritos durante el lapso de una generación a partir del ministerio de Jesús; Juan lo hizo dentro del límite de dos generaciones. Eso nos anima a entender que son confiables, debido a que fueron escritos en un plazo muy cercano a los acontecimientos, de modo que no podrían haber salido airosos transmitiendo una sarta de mentiras. Y no encontramos que hubiera personas antagónicas a los evangelios o que repudiaran o refutaran lo que ellos decían.

4.    Y luego contamos con el tesoro maravilloso, del punto de vista de cualquiera de los historiadores. Julio César murió en el 44 a.C., y el historiador Suetonio habló acerca de él en los años 110-120 d.C. Eso constituye una diferencia de 155 a 165 años. Tácito hizo lo mismo. Los Evangelios lo han hecho mucho mejor.

¿QUÉ FECHAS SE INDICARÍA EN CUANTO A SU REDACCIÓN?
Se han presentado argumentos muy convincentes en cuanto a los tres sinópticos a favor de fechar su redacción entre los años 50 y 60. Marcos debe haber sido escrito bajo la sombra de la guerra judeo-romana de los años 66-70. Jesús dice en Marcos 13:18: «Oren para que esto no suceda en invierno». Bueno, no sucedió en invierno; sucedió en verano. Esta frase tiene sentido si Marcos vio la luz cuando la guerra estaba en marcha o a punto de suceder. Pero si se hubiera escrito en los años 71 o 72, como algunos han especulado, sería raro que se hubiera incluido esta declaración.

Jesús murió entre los años 30 y 33 d.C.; muchos eruditos se inclinan más por el año 33. Eso significa que cuando el Evangelio de Marcos se redactó, algunos de los seguidores y discípulos más jóvenes de Jesús tendrían unos 50 o 60 años. Otras personas de 30 y 40 años deben haber crecido escuchando las historias acerca de Jesús de parte de testigos presenciales. La densidad del número de testigos resulta muy significativa. Y, por supuesto, no olvidemos que la mayoría de los escritos de Pablo fueron redactados con anterioridad a los Evangelios.

¿CUÁL ES LA VALUACIÓN EN CUANTO A SU CONFIABILIDAD?
Los Evangelios son esencialmente confiables, y hay una gran cantidad de otros eruditos que están de acuerdo. Tenemos todas las razones a favor para concluir que los evangelios informan con exactitud y justicia acerca de los elementos esenciales de las enseñanzas, vida, muerte y resurrección de Jesús.

Son lo bastante tempranos, están arraigados en las corrientes adecuadas que se remontan hasta Jesús y la gente original, tienen continuidad, hay proximidad, se han verificado ciertos puntos específicos a través de la arqueología y otros documentos, y existe una lógica interna. Eso es lo que les da consistencia.

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