sábado, 29 de noviembre de 2014

LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO - Dinesh D'Souza


TODAS LAS RELIGIONES NO SON LO MISMO

DOS CLASES DE GENTE QUE AFIRMAN QUE LAS RELIGIONES SON LO MISMO
Hay dos clases de gente que afirman que todas las religiones son lo mismo. El primer grupo está formado por creyentes religiosos, aunque no de la clase muy ferviente. Estas personas, con buenas intenciones, insisten en que todas las religiones son caminos idénticos que llevan al cielo, una posición que sólo una de las grandes religiones, el hinduismo, realmente apoya. Pero hay un sentimiento ampliamente generalizado en Occidente que las religiones son similares pues todos son caminos humanos hacia Dios. Con esta medida, realmente no importa mucho con qué religión usted esté de acuerdo, y andar por allí tratando de persuadir a otros a que adopten su religión es una marca de descortesía, si no de fanatismo.

El segundo grupo considera que todas las religiones son lo mismo es el de los ateos. Este grupo ve a todas las religiones como igualmente falsas, y algunos no creyentes también las consideran igual de perjudiciales. Todas las religiones no son lo mismo. A cierto nivel, todos lo sabemos. La mayoría de religiones hace afirmaciones exclusivas e inflexibles acerca de Dios y la condición humana. Como estas afirmaciones a menudo son incompatibles, no hay manera de que todas las religiones puedan ser verdaderas. Sin embargo, si una es exhaustivamente verdadera, se deduce que el resto tiene que ser falsa.

LAS RELIGIONES DIFIEREN EN LA INTERPRETACIÓN DE CONCEPTOS BÁSICOS
Aun así, la gente con buenas intenciones, dispuesta a evitar controversias, comúnmente insiste en que todas las religiones son distintos caminos para comprender la misma verdad.  Esta es una perspectiva errónea, aunque contiene un elemento de verdad. Como vemos, hay una moral común que comparten las grandes religiones del mundo. Además, las religiones monoteístas son intentos de adorar al único Dios, y por lo tanto, al mismo Dios. Sin embargo, difieren en su comprensión de por qué el hombre necesita a Dios y cómo puede encontrarlo.

Podemos ver que las religiones no son lo mismo al mirar la manera en que los conceptos básicos se interpretan de forma distinta. Mártir es una palabra común para el cristianismo y el islam, pero, en gran parte extraña para el judaísmo, hinduismo y el budismo. En el cristianismo, el mártir voluntariamente renuncia a su vida en vez de a Dios. Él era el hombre que los romanos colocaban en el foso de los leones para que fuera devorado por rehusar renunciar a su fe. En el islam, el mártir toma la causa de la yijad y pierde su vida peleando por Alá. Una palabra, pero dos significados distintos.

En su estudio comparativo de las religiones principales, Huston Smith señala algunas diferencias cruciales entre ellas. El budismo no tiene un concepto de la vida después de la muerte, ni de Dios. Sólo hay otra religión diferente del cristianismo que adopta totalmente la revelación divina: el judaísmo. El cristianismo se ve a sí mismo como reemplazo del judaísmo. El islam se ve a sí mismo como reemplazo del judaísmo y del cristianismo. El islam considera profetas a Moisés y a Jesús, y los musulmanes incluso apoyan el concepto del nacimiento virginal de Cristo, pero no consideran a Cristo como el Mesías, y no creen que fue crucificado, ni que resucitó y se fue al cielo. Ahora no se trata de demostrar que el cristianismo es la mejor religión, sino de qué manera difiere el cristianismo de las demás religiones y, en este sentido, el único.

MANUAL ESTRATÉGICO DEL HOMBRE PARA ALCANZAR A DIOS
Todas las religiones son un intento de resolver el dilema que Pascal escribe en Pensamientos. Pascal observa que por miles de años el hombre empleó gran inteligencia y esfuerzo para resolver ciertos problemas básicos. Queremos paz en el mundo, vivir en armonía, criar bien a nuestros hijos, que nuestras vidas importen, pero, ¿Por qué no hemos resuelto estos problemas? ¿Por qué la búsqueda de la felicidad sigue siendo mayormente una búsqueda? La ignorancia es sólo la mitad del problema; la otra mitad es el problema del bien y del mal.  Reducir todo el conocimiento al conocimiento científico es condenar al hombre a la ignorancia de las cosas más importantes de la vida.  Pascal observó que el hombre es simultáneamente heroico y desdichado. Efectivamente, parte de la grandeza del hombre es que puede utilizar su facultad de razonamiento para reconocer su bajeza. Sabe lo que es bueno, pero no lo hace. Es cautivo de deseos egoístas y malos y se rinde a esos deseos porque su voluntad es débil. Y casi todas las religiones concuerdan en que la solución es darle al hombre códigos, mandamientos e instrucciones  de cómo superar estas inclinaciones, para que pueda llegar al alcance de Dios. La religión, en general, es el manual estratégico del hombre para alcanzar a Dios. Pero el cristianismo no es una religión en este sentido.

LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO
El cristianismo sostiene que el hombre, sin importar cuánto lo intente, no puede alcanzar a Dios. El hombre no puede ascender al nivel de Dios porque el nivel de Dios es demasiado alto. Por lo tanto, hay sólo un remedio: Dios tiene que bajar al nivel del hombre. Los cristianos creen que este fue el gran sacrificio que Cristo llevó a cabo. Si aceptamos el sacrificio de Cristo, en base a la fe, heredaremos el regalo de salvación de Dios. Se acabó. Esa es la esencia del cristianismo.


viernes, 7 de noviembre de 2014

ENCUENTRA AL JESÚS VERDADERO - Lee Strobel


UN EXAMEN A LOS CUATRO EVANGELIOS DE LA BIBLIA

Mateo, Marcos, Lucas y Juan ¿Salen airosos estos Evangelios cuando se los sujeta a un escrutinio histórico?
Los mejores criterios para evaluar su confiabilidad son:

1.    MULTIPLICIDAD DE TESTIGOS
Cuando dos o tres de los Evangelios dicen lo mismo independientemente (como suelen hacerlo) eso entonces traslada todo el peso de realizar las comprobaciones a los que señalan que todo ha sido inventado

2.    EL CRITERIO DE LA COHERENCIA
¿Son coherentes los evangelios con todo lo que conocemos acerca de la historia y de la cultura de Palestina durante los años 20 y 30 d.C? En verdad podemos decir que están llenos de detalles que se pueden considerar correctos, gracias a ciertos descubrimientos arqueológicos.

3.    LA CUESTIÓN DE LA FECHA
Los sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) fueron escritos durante el lapso de una generación a partir del ministerio de Jesús; Juan lo hizo dentro del límite de dos generaciones. Eso nos anima a entender que son confiables, debido a que fueron escritos en un plazo muy cercano a los acontecimientos, de modo que no podrían haber salido airosos transmitiendo una sarta de mentiras. Y no encontramos que hubiera personas antagónicas a los evangelios o que repudiaran o refutaran lo que ellos decían.

4.    Y luego contamos con el tesoro maravilloso, del punto de vista de cualquiera de los historiadores. Julio César murió en el 44 a.C., y el historiador Suetonio habló acerca de él en los años 110-120 d.C. Eso constituye una diferencia de 155 a 165 años. Tácito hizo lo mismo. Los Evangelios lo han hecho mucho mejor.

¿QUÉ FECHAS SE INDICARÍA EN CUANTO A SU REDACCIÓN?
Se han presentado argumentos muy convincentes en cuanto a los tres sinópticos a favor de fechar su redacción entre los años 50 y 60. Marcos debe haber sido escrito bajo la sombra de la guerra judeo-romana de los años 66-70. Jesús dice en Marcos 13:18: «Oren para que esto no suceda en invierno». Bueno, no sucedió en invierno; sucedió en verano. Esta frase tiene sentido si Marcos vio la luz cuando la guerra estaba en marcha o a punto de suceder. Pero si se hubiera escrito en los años 71 o 72, como algunos han especulado, sería raro que se hubiera incluido esta declaración.

Jesús murió entre los años 30 y 33 d.C.; muchos eruditos se inclinan más por el año 33. Eso significa que cuando el Evangelio de Marcos se redactó, algunos de los seguidores y discípulos más jóvenes de Jesús tendrían unos 50 o 60 años. Otras personas de 30 y 40 años deben haber crecido escuchando las historias acerca de Jesús de parte de testigos presenciales. La densidad del número de testigos resulta muy significativa. Y, por supuesto, no olvidemos que la mayoría de los escritos de Pablo fueron redactados con anterioridad a los Evangelios.

¿CUÁL ES LA VALUACIÓN EN CUANTO A SU CONFIABILIDAD?
Los Evangelios son esencialmente confiables, y hay una gran cantidad de otros eruditos que están de acuerdo. Tenemos todas las razones a favor para concluir que los evangelios informan con exactitud y justicia acerca de los elementos esenciales de las enseñanzas, vida, muerte y resurrección de Jesús.

Son lo bastante tempranos, están arraigados en las corrientes adecuadas que se remontan hasta Jesús y la gente original, tienen continuidad, hay proximidad, se han verificado ciertos puntos específicos a través de la arqueología y otros documentos, y existe una lógica interna. Eso es lo que les da consistencia.