LIDERAZGO
JOHN MCARTHUR
PABLO ENCADENADO:
LIDERAZGO EN
ACCIÓN
Capítulo uno
GÁNESE
LA CONFIANZA
Ambas partes, la
iglesia y el mundo, parecen haber intercambiado la noción de liderazgo por la
celebridad. Los héroes de la actualidad son personas que son famosas por ser
famosas. No son necesariamente (y ni siquiera por lo general) hombres y mujeres
de carácter. El verdadero liderazgo escasea.
El problema es que
vivimos en una era en la que la definición misma del carácter se ha vuelto
borrosa. La gente se lamenta de la pérdida de integridad en términos generales,
pero pocos tienen una idea clara de lo que la «integridad» significa. Los
parámetros morales han desaparecido sistemáticamente. Ya no existen parámetros
morales o éticos que sean aceptados universalmente. No es de extrañar porque la
integridad es difícil de encontrar.
Pero soy optimista.
Estoy convencido de que esta es una era de oportunidad sin precedentes para la
iglesia, si la aprovechamos. Ese vacío de liderazgo pide ser llenado. Si
hombres y mujeres piadosos dan un paso al frente y dirigen, las personas están
listas para seguir el ejemplo correcto.
Los tiempos hostiles
y las circunstancias adversas no son un impedimento para el verdadero líder. De
hecho, la gran adversidad puede convertirse en una gran ventaja mediante el
poder de un líder influyente.
EL VERDADERO LIDER ES CONFIABLE
¿Cómo se ganó Pablo
la confianza de Julio tan rápidamente? La Escritura no lo dice. Pablo
obviamente era un hombre piadoso y lleno de gracia. Su integridad personal era
muy profunda. Es posible que el gobernador; esto, que conocía la inocencia de
Pablo, le hubiera asegurado a Julio que este era de confianza y ordenó que lo
tratara de manera cortés.
¿Cómo desarrolla un líder la confianza?
Cuando las personas estén convencidas de que
usted va a hacer todo lo posible para darles bienestar y no dañarlos, confiarán
en usted.
Un líder no es
alguien que se consume de su propio éxito y de su propio interés. Un verdadero
líder es alguien que les demuestra a los demás que lo que ocupa su corazón es
dar lo mejor para ellos.
Un verdadero líder se
esforzará para hacer que los que están a su alrededor tengan éxito. Su misión
es ayudar a que las personas que están bajo su liderazgo florezcan. Es por esa
razón que el verdadero líder debe tener el corazón de un siervo.
Capítulo dos
TOME
LA INICIATIVA
EL VERDADERO LIDER TOMA LA INICIATIVA
Ese navio estaba
lleno de hombres de autoridad. Había un capitán, un contramaestre y otros
marineros de rango. Todos ellos tenían el derecho de hablar y de dar su opinión
acerca de esa jornada.
Pero Pablo fue el que
tomó la iniciativa y habló. Reconoció cuál era el peligro y lo señaló de manera
clara. Él no tenía ningún rango. Ningún derecho particular. Ningún título. No tenía
ninguna autoridad. Pero se le dio cuenta de que había un problema y por eso
tomó la iniciativa y trató de traer claridad a la situación. Eso es liderazgo.
Los líderes se levantan en tiempos de crisis y toman la iniciativa.
Esa es una marca
vital del verdadero liderazgo. El líder nunca dice: «Puede que haya un problema
aquí. Alguien debiera hacer algo al respecto». El líder afirma: «Este es el
problema y esta la solución». El capitán del barco permitió que la opinión de
los demás tomara la decisión por él.
EL VERDADERO LIDER UTILIZA EL BUEN JUICIO
Según la cosmología
global, el líder es una persona que se arriesga. Los lideres con frecuencia
deben asumir cierta cantidad de riesgos calculados y legítimos. Ellos no
arriesgan a su gente ante peligros innecesarios.
Desde el punto de
vista humano, parecía que todo iba muy mal. Toda la jornada se estaba
convirtiendo en un gran desastre. Pero detrás de la escena, Dios claramente
estaba al control. Él tenía a su líder escogido donde quería, listo para tomar
el mando y a pesar del caos de la situación
Dios había planeado que
saliera bien.
Capítulo tres
RECIBA
ÁNIMO
Cada líder que es
cristiano tiene mucho más que cualquier dirigente del mundo, porque tenemos la
verdad de Dios y su Espíritu es nuestro maestro. Todo esto significa que el
líder debe conocer las Escrituras. Él debe creer con una convicción inamovible
que la Palabra de Dios es cierta. Y debe comunicar la verdad de la Palabra de
Dios con confianza y convicción.
Las personas están
buscando una autoridad en la que puedan confiar. Y los que aman la verdad de
Dios seguirán a quien la comunique con autoridad. No se necesita andar de
puntillas cuando se trata de dar los hechos, de evadir asuntos difíciles, o
equivocarse en asuntos muy claros. Si se conoce la verdad ¡háblela con
autoridad! Eso es lo que el verdadero liderazgo hace.
Un líder sabio y
espiritual se respalda con la misma autoridad. Para nosotros, las palabras no
son: «Yo les digo...»; sino mas bien: «Esto dice el Señor». Pero es la
misma autoridad. Y cuando usted lo hace de manera correcta, puede ayudar e
impulsar a los demás.
Eso fue lo que Pablo
hizo. Él no era áspero. No era abusivo. Tampoco arrogante ni deseaba
engrandecerse. Más bien tenía confianza en la promesa de Dios y sus palabras lo
demostraban.
EL
VERDADERO LIDER REFUERZA A LOS DEMAS
El deseo de un
verdadero líder es que los demás mejoren. Hacerlosmás fuertes, más eficaces y
más motivados.
Eso fue lo que Pablo
hizo aquí. Resumió las palabras de ánimo que aparecen en Hechos 27.25: «Por
tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como
se me ha dicho».
EL
VERDADERO LIDER ES OPTIMISTA Y ENTUSIASTA
Pablo podía decir con
sinceridad absoluta, con confianza y con autoridad: «Porque yo confío en Dios que
será así como se me ha dicho» (Hechos 27.25).
El entusiasmo
optimista inspira a los seguidores. Las personas naturalmente seguirán al líder
que eleve sus esperanzas y se alejarán de aquel que es perpetuamente pesimista.
El entusiasmo
optimista crea energía, emoción y esperanza. Los que conocemos la verdad de
Dios y tenemos sus promesas deberíamos ser personas optimistas y entusiastas.
Recuerde, el apóstol
Pablo iba a Roma encadenado. Era el menos indicado en el barco para sentirse
optimista. Pero como verdadero líder, miró más allá de las circunstancias
temporales y puso su esperanza en la promesa del triunfo. De allí sacó el valor
y la confianza. Tal optimismo es contagioso.
Capítulo cuatro
TOME
EL CONTROL
Pablo tenía buenas y
malas noticias. Las buenas eran que ninguna vida se perdería. Las malas eran
que el barco encallaría en una isla.
Se encontraban
precisamente en la clase de crisis que requiere de un líder valeroso, fuerte y
lúcido.
El verdadero
liderazgo se prueba en las crisis. Un líder auténtico es aquel que puede
manejar la tensión. Que puede resolver los problemas, llevar las cargas,
encontrar las soluciones y obtener las victorias cuando todos los demás
parezcan estar nerviosos, perplejos o confusos.
Nadie en ese bote iba
a morir. Dios lo había decretado así. Pero a menos que la tripulación se
mantuviera en el barco y ayudara a llegar a la isla de Malta, los pasajeros no
se salvarían. Dios también decretó eso. Él dispone los medios al igual que el
final y es por eso que la verdad de la responsabilidad humana se establece y
se afirma por la soberanía de Dios. No se anula.
EL VERDADERO LIDER NUNCA TRANSIGE LOS ABSOLUTOS
Cuando Dios habla, no
se puede transigir. Una cosa es transigir en cuestiones de preferencia y otra
totalmente diferente en cuestiones de principios.
En lo que respecta a
cuestiones de principios como las bases éticas y morales, absolutos
bíblicos, axiomas de la Palabra de Dios, mandatos claros de Dios y la veracidad
de Dios mismo, con eso no se debe transigir. Un verdadero líder sabe eso y sabe
dónde trazar el límite.
Para el líder espiritual,
los absolutos son establecidos por la Palabra de Dios. Un líder que aplica
todos los principios de liderazgo puede quizás lograr una medida de efectividad
pragmática. Pero este principio probará realmente quién es usted como
líder. Nadie puede ser un líder efectivo espiritual a menos que comprenda la
verdad esencial de la Escritura y rehúse transigir su autoridad absoluta.
«Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo:
Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin comer nada.
Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la
cabeza de ninguno de vosotros perecerá. Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio
gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer»
(Hechos 27.33-35).
EL
VERDADERO LIDER SE ENFOCA EN LOS OPERATIVOS, NO EN LOS OBSTACULOS
Vio más allá de la
tormenta, más allá de la urgencia del momento y supo que necesitaban prepararse
para la dificultad que tenían que enfrentar.
Aunque todos veían
los obstáculos, Pablo tenía sus ojos fijos en el operativo, «por vuestra
salud», les dijo Pablo, «pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de
vosotros perecerá» (v. 34). ¡Van a salvarse. No van a lesionarse. Pero
necesitan un buen desayuno! (Nuevamente vemos el equilibrio perfecto de la
soberanía divina y la responsabilidad humana.)
Pablo no ignoró las
necesidades físicas de la tripulación ni les dio una conferencia acerca de las carencias
espirituales de sus almas. Él equilibró la parte espiritual con la física.
Luego comenzó a comer, dando el ejemplo.
EL
LIDER CAPACITA MEDIANTE EL EJEMPLO
El estímulo de Pablo
se volvió contagioso. Todos participaron del alimento y eso tuvo un efecto
deseado. Comenzaron a sentirse bien, más fuertes y con más esperanzas. Y luego
todos se pusieron a trabajar. El barco necesitaba estar lo más liviano posible
para llevarlo hacia la costa.
En circunstancias en
que otra clase de hombres habría sido pasiva o se habría rendido, Pablo se
encargó y se convirtió en un ejemplo para todos los que son llamados a ser
líderes. Este fue uno de los episodios más sobresalientes en la vida de este
noble cristiano, que por el designio de Dios tiene tanto que enseñarnos acerca
de los rigores y las recompensas del verdadero liderazgo.
SEGUNDA PARTE
PABLO EN CORINTO
LIDERAZGO BAJO
FUEGO
Capítulo cinco
LA DEVOCIÓN DE UN
LÍDER
POR SU PUEBLO
El objetivo de los
próximos capítulos es simplemente enfatizar algunos de los aspectos de Segunda
de Corintios, darle un vistazo a los principios más importantes que enseñar a los
líderes y tratar de conocer el corazón del verdadero líder viendo cómo el
apóstol Pablo entregaba su alma a aquellos a quienes estaban bajo su cuidado apostólico
y pastoral.
Todos sabían que
Corinto era una ciudad llena de vicios. Una comparación análoga sería Las Vegas
actualmente, con excepción de que sus atracciones principales eran los templos
en lugar de los casinos.
Ese no era el mejor
lugar para fundar una iglesia. Pero Corinto también tenía una comunidad muy
grande de judíos y una sinagoga activa localizada en el centro. Pablo encontró
allí una puerta abierta para el evangelio mas cuando el pecado abundó,
sobreabundó la gracia».
Sin embargo, después
de que Pablo dejó Corinto, serios problemas se suscitaron en la iglesia, los
que requerían de un fuerte liderazgo. Cuando Pablo lo supo, no pudo regresar a
Corinto de inmediato, y por esa razón decidió dirigirlos a la distancia por
medio de una serie de cartas.
EL VERDADERO LIDER CULTIVA LA LEALTAD
Pablo era leal a la
iglesia de Corinto y quería que ellos lo fueran con él. No me refiero a un
deseo egoísta por una veneración personal (2 Corintios 12.11). Él deseaba que
ellos fueran leales a la verdad que les había enseñado (w. 15-19) por eso, a
pesar del intenso disgusto que tenía Pablo de gloriarse y de defenderse a sí
mismo, vigorosamente vindicó su apostolado en contra de las mentiras de los
falsos maestros.
La lealtad es
esencial para el liderazgo. Un líder sabio cultiva la lealtad siendo leal
al Señor, a la verdad y a las personas a quienes dirige. No existe nada más
destructivo para el liderazgo que un líder que transige con su propia lealtad.
EL LIDER TIENE EMPATIA POR LOS DEMAS
Los líderes deben
permitir que su gente también se equivoque. Las personas necesitan ánimo más
que regaño cuando están luchando. Ellos siempre reaccionarán bien cuando el líder
tiene una empatia sincera con su angustia y su decepción.
Las personas necesitan
ser edificadas cuando fracasan, no ser aplastados aun más. El líder sabio no
necesita ser áspero con su gente. El liderazgo finalmente trata con personas,
no con objetivos estériles ni estrategias que pueden ser escritas en papel.
Capítulo seis
PABLO DEFIENDE
SU
SINCERIDAD
La deshonestidad y
superficialidad son incompatibles con el verdadero liderazgo. Un líder que
tiene doble cara o es engañoso rápidamente perderá seguidores. Recuerde que el
primer principio de liderazgo que observamos en el capítulo 1 dice que el líder
debe ser confiable. La indecisión, la infidelidad, las trampas y hasta la ambigüedad sabotean
la confianza y el liderazgo. La falta de sinceridad no es una cualidad que las
buenas personas deban tolerar
en sus líderes.
Pablo estaba señalando
que su propia sinceridad como mensajero del evangelio estaba arraigada en la
fidelidad y la confiabilidad del evangelio mismo. Y eso asimismo refleja la
fidelidad de la Trinidad.
En otras palabras,
cualesquiera fueran las circunstancias que contribuyeran a la cancelación de la
visita de Pablo, su principal motivo de posponerla era mas bien su sincera compasión
por los corintios. El no quería ir a ellos entristecido (2.1).
Si había retrasado su
visita era para no tener que llevar la vara de la disciplina (1.23; 1 Corintios
4.2). No era que no había sido sincero; mas bien actuó por amor a ellos.
EL VERDADERO LIDER MANTIENE LA CONCIENCIA CLARA
En lo que respecta a
la acusación de sus enemigos de que era inconstante, la conciencia de Pablo
estaba completamente limpia.
Recuerde, el buen
liderazgo es una cuestión de carácter y un carácter justo depende de una
conciencia saludable. Para ver el papel de la conciencia en el liderazgo,
necesitamos mirar de cerca esta facultad asombrosa —del corazón y de la mente—
dada por Dios.
El apóstol estaba
dispuesto a responder cualquier acusación de que era indeciso o de doble cara.
Él sabía que tal debilidad, aun la sospecha de ello, podía seriamente minimizar
la confianza de las personas en el líder.
EL VERDADERO LIDER ES DEFINIDO Y DECISIVO
El liderazgo no se
puede dar el lujo de una indecisión prolongada o de dudas extraídas. Los buenos
líderes deben poder tomar decisiones de una forma que sea clara, activa
y concluyente.
También deben poder
comunicar los objetivos de una forma que sea articulada, simpática y
distinta. Después de todo, un líder es alguien que dirige. Cualquiera
puede hablar sin sentido. Cualquiera puede ser tímido y ambivalente. El
líder, por el contrario, debe dar
una dirección clara. La
gente no le seguirá si no tiene la seguridad de que es un líder veraz.
EL VERDADERO LIDER SABE CUANDO CAMBIAR DE OPINION
Estos dos principios
van de la mano. Aunque los líderes deben ser definidos y decisivos, no deben
ser rígidamente inflexibles. La mejor prueba de la sabiduría del líder no siempre
es la primera decisión que toma.
Todos tomamos malas decisiones de vez en
cuando. Un buen líder no se mantendrá en una mala decisión. Las circunstancias
también cambian. Y un buen líder debe saber cuándo adaptarse a esas
circunstancias.
En el caso de Pablo,
su cambio de opinión fue forzado por el cambio de las circunstancias. La ironía
de la falsa acusación en contra de él es que Pablo no era la clase de persona
vacilante.
EL VERDADERO LIDER NO ABUSA DE SU AUTORIDAD
En lugar de
visitarlos inmediatamente «con una vara» (1 Corintios 4.21),decidió ver si
podría corregirlos por medio de una carta.
Pablo tenía una
autoridad apostólica legítima sobre los corintios. Era una autoridad espiritual
clara dada por Dios y confirmada mediante señales y maravillas innegables (2
Corintios 12.11-12). Pero utilizaba esa autoridad con un estilo pastoral, no
autoritario.
Capítulo siete
«PARA ESTAS COSAS,
¿QUIÉN ES SUFICIENTE?»
¿Quién es adecuado para participar en el
desfile triunfal de Cristo y para que sea un instrumento por el cual el
incienso del evangelio se difunda a todos? ¿Quién por sí mismo está calificado
para recibir elogios del Todopoderoso por un servicio rendido a Él en favor de
Cristo?
Los líderes que se
hacen a sí mismos son expresamente incompetentes. Por el contrario, Pablo dice:
«Nuestra competencia proviene de Dios» (3.5). Esa declaración es la clave de
este breve pasaje y un resumen de toda la defensa de Pablo.
EL VERDADERO LIDER NO ABDICA EN MEDIO DE LA OPOSICION
El apóstol no tenía
ningún interés en autopromocionarse; mucho menos en defenderse. Realmente
detestaba hablar en defensa de su carácter. Más bien prefería que lo consideraran
cual esclavo, como los que llevaban los remos en la parte inferior de los
barcos. Despreciaba la idea de gloriarse a sí mismo y buscaba gloriar a Cristo.
Pero tenía que responder a las acusaciones o aceptar que la iglesia
quedara en manos de líderes falsos.
Pablo no se estaba defendiendo
por puro gusto. El no deseaba la aprobación de los corintios por motivos
egoístas. Y ciertamente no necesitaba convencerse a sí mismo. Dios fue quien lo
llamó al liderazgo, y Pablo nunca vaciló acerca de su llamado.
EL VERDADERO LIDER ESTA SEGURO DE SU LLAMADO
Aquellos que no están
seguros de su vocación no pueden ser líderes eficaces. Nada es más debilitante
para el liderazgo que la duda. Las personas que tienen dudas acerca de sus propios
dones o su llamado nunca llegan a ser buenos líderes, porque no tienen certeza
de si lo que hacen está correcto.
De ninguna manera se
imaginaba intrínsecamente apto para la tarea que Dios lo había llamado a hacer.
Y ese conocimiento lo hacía dependiente de la gracia divina en cada aspecto de su
liderazgo.
EL VERDADERO LIDER CONOCE SUS PROPIAS LIMITACIONES
Aquellos a quienes el
mundo considera líderes con frecuencia son arrogantes, creídos, egocéntricos y
engreídos. Esas no son cualidades de un verdadero liderazgo; mas bien son
obstáculos. El líder que olvida su propia debilidad inevitablemente fracasará.
Capítulo ocho
UN LÍDER HECHO
DE BARRO
EL VERDADERO LIDER ES RESISTENTE
En su epístola
anterior a la iglesia de Corinto, escribió: «Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos
abofeteados, y no tenemos morada fija. Nos fatigamos trabajando con nuestras
propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la
soportamos. Nos difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta ahora como la
escoria del mundo, el desecho de todos» (1 Corintios 4.11-13). Y añadió: «además de otras cosas, lo que sobre mí se
agolpa cada día, preocupación por todas las iglesias» (v. 28).
Lo único que Pablo
conocía en su vida eran tribulaciones. Pero aunque se veía constantemente
asaltado, desechado, presionado, echado en las llamas y abusado, nada lo podía
destruir. Tenía esa clase de resistencia invencible, porque el poder de Dios
estaba trabajando en él.
Capítulo nueve
LA BATALLA DEL LÍDER
EL VERDADERO LÍDER ES
APASIONADO.
Otras emociones
fuertes —incluyendo el gozo, el gusto, el dolor, la compasión, el temor y el
amor— son igualmente esenciales en el liderazgo.
La persona que es
fría, no tiene sentimientos, distante o apática nunca puede ser un verdadero
líder eficaz. Las pasiones humanas, por supuesto, traen ciertos peligros. Están
sujetas al abuso y al mal uso. Pueden opacar severamente las facultades racionales.
Los líderes, no deben
evitar el sentimiento o la intensidad, pero deben dominar sus pasiones más que
ser dominados por ellas. Nuestro celo debe estar enfocado, cuidadosamente
gobernado y utilizado para propósitos piadosos. El autocontrol es un fruto del
espíritu (Calatas 5.23). El autocontrol piadoso involucra no sólo la
mortificación de los deseos pecaminosos (Colosenses 3.5), sino también un grado
de dominio en la expresión de las pasiones legítimas.
EL VERDADERO LÍDER ES VALIENTE.
Los enemigos de Pablo
también se quejaban de que él era débil físicamente y no tenía elocuencia en su
oratoria. Pablo simplemente había reconocido la verdad de esas acusaciones.
Pero esta declaración de que le faltaba valor era una mentira total. Él
ejemplificaba el valor. En ninguna parte del registro bíblico se muestra alguna
onza de cobardía por parte de Pablo. No era de extrañarse por qué se indignó al
pensar cómo responder a esa acusación tonta. «Porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio» le dijo a
Timoteo (2 Timoteo 1.7).
Este evidentemente luchaba
con la falta de valentía, porque Pablo con frecuencia le amonestaba que fuera
fuerte y no se avergonzara (1.8; 2.1; 3.1; 1 Timoteo 1.18; 6.12). Pablo nunca
mostró ninguna señal de temor o timidez. De hecho, su I valentía se vio de
frente aquí en 2 Corintios 10.2 al responder a las acusaciones. Les advirtió
que estaba «dispuesto a proceder resueltamente contra algunos».
EL VERDADERO LÍDER
SABE DISCERNIR.
¿Qué tiene que ver
esto con el liderazgo? Una de las calificaciones fundamentales para el
liderazgo virtual es el conocimiento de la verdad y la habilidad para reconocer
las mentiras así como la capacidad para usar la verdad de tal forma que podamos
refutar las mentiras. Uno de los requisitos clave que Pablo enumera para los
ancianos en la iglesia era que tenían que ser habilidosos con la Palabra de
Dios «para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen»
(Tito 1.9). Aquel que no puede involucrarse en la guerra espiritual a este
nivel, sencillamente no está capacitado para dirigir.
TERCERA PARTE
UN OBRERO
APROBADO:
EL LIDERAZGO MEDIDO
CON EL E STANDARD
BÍBLICO
Capítulo 10
CÓMO NO SER
DESCALIFICADO
EL VERDADERO LIDER ES DISCIPLINADO
Así Pablo enfatiza
otra cualidad indispensable vital y supremamente importante que cada líder debe
mantener: El líder es disciplinado.
El autocontrol es
absolutamente vital para que haya un éxito duradero en cualquier proyecto en la
vida. Muchas personas obtienen un grado de prominencia basado en un talento
natural solamente. Pero los verdaderos líderes influyentes son aquellos
que se vuelven devotos a una disciplina personal y aprovechan al máximo sus
dones. Aquellos que no tienen autocontrol invariablemente fracasarán y anulan
el ejemplo de integridad tan esencial para la mejor clase de un verdadero
liderazgo.
¿Cómo puede un líder
desarrollar la autodisciplina en un mundo indisciplinado? Con el paso
apresurado de la vida moderna y las capas de complejidad que han sido añadidas
a la vida por las muchas «conveniencias» modernas, ¿es posible disciplinarse
como líder?
1. Sea organizado
2. Utilice el tiempo
sabiamente
3. Encuentre maneras de
edificarse más que de entretenerse
4. Ponga atención a los
pequeños detalles
5. Acepte más
responsabilidad
6. Una vez que comience
algo, termínelo
7. Mantenga su palabra
8. De vez en cuando
dígase no
ELVERDADERO LIDER ES ENERGICO
Es un compañero perfecto
al principio de la disciplina: El líder es enérgico. No he conocido a un
líder eficaz que sea perezoso o haragán. Los líderes deben ser ingeniosos y diligentes.
Esto va mano a mano con muchos de los principios que hemos subrayado hasta
ahora. Es un prerrequisito para la iniciativa, el entusiasmo, la decisión y la
resistencia necesarios en el liderazgo.
Capítulo once
¿QUIÉN PUEDE DIRIGIR?
La carga de la
necesidad personal en la iglesia de Jerusalén creció a tal proporción que los
Doce, para poder servir a todos, tuvieron que «dejar la palabra de Dios»
(Hechos 6.2). En otras palabras, por pura necesidad pragmática fueron forzados
a cortar el tiempo que ocupaban estudiando
y proclamando las
Escrituras. Aun así, no podían administrar el proceso de distribución lo
suficientemente bien para que todos estuvieran felices. Necesitaban delegar la
tarea a otros que pudieran supervisarla y organizar mejor el proceso. Comprendieron
algo que cada líder sabio debe aceptar tarde o temprano; uno simplemente no
puede hacerlo todo solo. El líder sabe cómo delegar.
Otros buscarán un
hombre con talentos administrativos o empresariales, porque piensan que la iglesia
es un negocio secular. Las prioridades apostólicas han sido opacadas por otros
negocios en muchas iglesias.
No estamos hablando
de estrategias o diagramas de flujo. Hablamos de hombres de carácter que
dirijan al pueblo de Dios, para que la labor del ministerio se realice a la
brevedad, por la gente correcta que está dedicada a las prioridades correctas.
Hemos vuelto al punto
inicial. El liderazgo es acerca del carácter, el honor, la decencia, la
integridad, la fidelidad, la santidad, la pureza moral y otras cualidades como
estas. Todas estas virtudes pueden combinarse y resumirse en una declaración final.
Esto encapsula y resume cada requisito fundamental de un verdadero líder.
EL VERDADERO LIDER ES COMO
CRISTO
El modelo perfecto de
liderazgo, por supuesto es el Gran Pastor, Cristo mismo. Si eso no lo hace
sentir al menos un poco indigno, usted no ha entendido el punto. Con Pablo,
debemos decir: «¿Quién es suficiente?» (2 Corintios 2.16). Ya sabemos la
respuesta: «sino que nuestra competencia proviene de Dios» (3.5).